viernes, mayo 02, 2008

El numero 24 (encontrado entre papeles)

El cumpleaños numero veinticuatro, fue la crisis de despertar una mañana durmiendo en un colchón a ras de suelo, con una frazada y sin sabanas, con un canto de feliz desafinado de madre que entrelineas consulta sobre mi futuro marcado a lucecitas entrecortadas como pista de avión.
El hojaldre, un cuchillo encajado, migas en la almohada.
Ese brillo en sus ojos-dijo madre refiriéndose a padre- es verte con un titulo en la mano. Sin el para nosotros no sos nada.
Ni para el sistema.
Ni para nadie.
Ibas a ser un ingeniero apilado en una torre de Babel.
Ibas a ser pieza monotono conformando la torre del Yenga.
La espada donde se incrustasen unos zapatos pesados.
Ibas a ser la mano que se extiende para abofetearse a si misma.
El sistema que regenera el sistema.
Y de repente… tu cumpleaños numero veinticuatro.
Un gen, un punto con cola que se inquieta, que se mueve por tu cuerpo sin órganos que lo limiten.
Voy a desarrollar un plan mirando un mapa, superponiendo a esta unas cuantas premisas de lógica.
La derecha es la hábil, la que rasca la cicatriz del apéndice. La izquierda la sonsa, que dubita entre el hacer y el haber hecho.
Pocas premisas de lógica: mientras mas necesidades tengas, de los productos y servicios, de los vicios de los ocios, mas profundo el surco, la manga de tu existencia.
Lijar y volver a vivir entre los arbustos.
Mover afirmativamente las cabeza tres veces para elegir el ángulo de tu último suspiro, lo que serás hasta el último latir, entre autos y vitrinas de negocios.
Lijar, lijar todo y saltar a los arbustos.
La plata es el colchón, no abajo, no arriba, entre la maleza se esconden los bichos de los felices sueños.

1 comentario:

j. dijo...

Me gustó mucho el texto... Un poco confuso de a ratos pero lindo.
Pero dos cosas dos: la más pavota: ¿acaso todos los muchachos de veinticuatro duermen en un colchón sobre el piso? ¿Qué le pasa a la generación de ustedes que me anda despreciando la cama?
Segunda: sobre el consejo materno sobre el título (y a espaldas de tu mamá y en voz baja): NO IMPORTA. Tratá de seguir la línea de tu propia personalidad, de hacer lo que realmente te dé placer... tanto si eso te otorga un papel al final como si no. A la larga, es lo único que cuenta, lo único que conserva tu cordura...